George LittleRiver, el gran Jordi Riera.
Este hombrecillo de sonrisa permanente esconde un metrónomo bajo su pecho. No he conocido a un baterista que cuide de forma tan escrupulosa y detallista cada compás. Aunque conozco a Jordi desde que yo tenía 16 años no deja de sorprenderme su rigurosidad y constancia, hecho que lo ha catapultado más allá de las fronteras de esta España triste que no apuesta por el arte haciéndole conocer y codearse con auténticos monstruos de la música. Ha sido un honor volver a tenerle a mi lado una vez más apoyando mi disco. Gràcies Jordi !!!
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